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sábado, 12 de mayo de 2012

Dirt 3 pilotaje a raudales


Rallies, buggies, trucks, gymkhanas, trailblazers... ¿Imposible meterlo todo en el mismo videojuego? La tercera entrega de Dirt responde a esta pregunta con el mejor planteamiento de conducción "off-road" de la presente generación para PC. Codemasters nos demuestra que el motor arcade sigue funcionando en la mítica franquicia Colin McRae. El placer de conducir sobre arena, gravilla y barro ya está otra vez aquí.
Hace ya más de tres años que Colin McRae, el famoso piloto de rallies escocés, murió en un accidente de helicóptero. No obstante, y aunque perdiera la vida aún joven (39 años), su legado ha sido tremendo, tanto en el mundo de la competición como en el de los videojuegos. Y es que si muchos conocemos a este hombre es por su aparición en multitud de títulos de conducción desde el año 1998.

La serie Colin McRae Rally, desarrollada desde el primer minuto de su existencia porCodemasters, supuso probablemente el primer acercamiento serio a la disciplina precisamente en esta plataforma, PC, con un control excelente y una experiencia muy cercana a lo que se vive dentro de un coche de rallies. Así, casi sin darnos cuenta, es como llegamos a la octava entrega dentro de la franquicia, un Dirt 3 que se enmarca dentro de una subserie (Dirt) que desde su nacimiento apostó por una combinación entre disciplinas puras de rally con otras más "off-road", al estilo de Raids o carreras de "buggies".

En resumen, el mundo rally de siempre, con todas sus licencias pero con cierto aroma a deporte extremo. Un enfoque que ahora resulta algo más moderado, ya que esta tercera entrega ya no apuesta tanto por ponernos en la piel de un piloto que recorre el mundo en su caravana, superando circuitos donde se disparan cohetes a su paso. Con Dirt 3, el tono espectacular y "rookie" del anterior se difumina para dar paso a algo más equilibrado, con un buen balance entre rallies puros, carreras de trucks, exhibiciones de derrapes o pruebas de velocidad con vehículos especiales, entre muchas otras disciplinas.

El mejor motor "off-road"
Sin embargo, lo más importante de todo es que la extraordinaria sensación de conducción que Codemasters ha aplicado a la saga desde sus orígenes se mantiene, con un sistema de control más cercano al arcade que a la simulación. Y no es algo que nos preocupe, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de opciones que se incorporan, desde los seis niveles de dificultad disponibles, hasta la oportunidad de desactivar ayudas como el ABS, la trazada ideal, el frenado asistido o el control de estabilidad.
Cierto es que reduciendo las asistencias al mínimo la experiencia de conducción no difiere sustancialmente, y es que a Dirt 3 se le nota ser el típico juego de carreras donde no es necesario tener grandes conocimientos para ponerse a jugar. Por poner otro ejemplo, hasta los ajustes de vehículos son muy sencillos, y con una simple barra podremos modificar en pocos segundos la relación de marchas, la carga aerodinámica, la suspensión o el diferencial.

Algo que apoya aún más la sensación de accesibilidad es que la técnica de rebobinado se recupera, permitiéndonos usar una cantidad determinada de "flashbacks" (normalmente cinco) por carrera, algo ideal por si hemos impactado y provocado severos daños que pueden acabar afectando, una vez más, a nuestra conducción. Incluso podría darse el caso de sufrir colisiones terminales que nos hicieran acabar nuestra actuación antes de tiempo, algo posible gracias al renovado sistema de daños, francamente mejorado con respecto a Dirt 2.

DiRT 3
La Gymkhana es la estrella de Dirt 3, una modalidad donde hacer disfrutar a los espectadores con derrapes, donuts y grandes saltos.
Otros factores que ayudan a conseguir que la sensación de juego sea satisfactoria es que cada uno de los vehículos disponga de una respuesta diferente. De esta manera, es posible comprobar la pericia que requiere pilotar un bólido de motor trasero -de los años 60- comparando con un modelo más moderno. Y esto es una gran ventaja, sobre todo considerando que Dirt 3 contiene cerca de 50 modelos diferentes, entre los que se incluyen coches de rallies de variadas épocas (años 60, 70, 80 y 90), de la clase S2000, del temido Grupo B (que destacan por su descomunal potencia), de la serie Open...

La presencia de numerosas localizaciones (Finlandia, Noruega, Kenia, Mónaco o Michigan) también ayuda al resultado final, gracias a terrenos de asfalto, gravilla, arena, barro... que provocan distintas sensaciones de conducción y exigencias. Y, del mismo modo, influye sobremanera la climatología (nieve o lluvia), así como la época del día, ya que si al atardecer podremos deslumbrarnos, en competiciones nocturnas -normalmente rallies- deberemos tener cuidado con las curvas oscuras del horizonte.

Por otra parte, caben destacar los avances realizados por Codemasters en términos deinteligencia artificial. No es que nos terminen de convencer los comportamientos de los rivales, pero Dirt 3 -teniendo en cuenta el desolador panorama del que gozan los videojuegos de conducción- podría decirse que hace su trabajo muy bien. Esto no quiere decir que los pilotos nos cierren siempre la puerta en las curvas, pero la sensación de presión existe. Y también la de realismo, gracias a detalles como ver al piloto de delante realizar un trompo, a varios coches de detrás involucrarse en lances de carrera o a otros bólidos sumiéndose en un accidente múltiple de forma fortuita.

DiRT 3 PC
Si eres un piloto inexperto, estás de suerte, porque así de simple será la pantalla de modificación de tu vehículo.
Todos estos factores sumados: manejo, variedad de coches, ayudas, diversidad de trazados, IA y realismo de puesta en escena, hacen que Dirt 3 sea el mejor exponente dentro de la subsaga, pero aún lo es más cuando comprobamos el excelente abanico de pruebas disponibles. Todas ellas son introducidas de manera muy digestiva dentro de la que supone la modalidad principal de juego, Campeonato Dirt, dividida en cuatro temporadas más un tutorial que se pueden superar por primera vez en unas 5-6 horas.

Básicamente, el campeonato se basa en controlar a un piloto desde sus primeros pasos hasta la gloria mundial, algo que podrá alcanzar ganando puntos de reputación en función de diversos factores como la posición en cada prueba, el vehículo utilizado o la superación de determinados retos (velocidad punta, ventaja al llegar a meta, vuelta rápida...). En pocas palabras, un sistema de progresión reformado con respecto a Dirt 2 pero que sigue dándonos premios en forma de nuevos vehículos, diseños y eventos para seguir compitiendo.

Y un factor al respecto que nos ha gustado es que se castiga al jugador que abuse de los "flashback" (restando puntos de reputación), al mismo tiempo que se premia a aquellos que opten por ciertos modelos a la hora de entrar en una competición. Un resultado, en definitiva, calculado al milímetro para que -conforme vayamos progresando- nuestro avance sea cada más difícil, obligándonos a obtener las mejores posiciones en los eventos con la finalidad de poder seguir adelante.

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